Cuando era niño, Jonathan Crane fue sometido a experimentos enfermizos y retorcidos sobre el miedo realizados por su propio padre. Con cicatrices emocionales y mentalmente inestable por la terrible experiencia, Crane pasó su infancia viviendo con miedo hasta que se dio cuenta de algo importante: si pudiera controlar el miedo, nunca más lo controlaría a él. Con el tiempo, este interés por el miedo se convierte en una obsesión. Graduado de la universidad con un doctorado en psicología y especialidad en fobias, Jonathan comenzó a experimentar con otros, sometiéndolos a una toxina alucinógena del miedo que él desarrolló y que saca a flote las peores pesadillas de ellos mismos. Aunque Batman ha desarrollado una serie de remedios para contrarrestar estas toxinas, Crane mejora constantemente su fórmula, creando versiones más potentes y mortales.